En la mitología griega, Ares es el dios olímpico de la guerra. Es hijo de Zeus y Hera.
Personificaba la valentía, la fuerza incansable, rey de la virilidad masculina, protector del Olimpo y de los ejércitos, líder de los rebeldes, de los hombres justos, y ayudante de los débiles. En la guerra representa la brutalidad, la violencia, y horrores de las batallas. Afrodita, diosa del amor y la belleza, era su amante preferida, su sanadora y aliada de guerra. Su equivalente romano es Marte.
Escultura representando a Ares alzando a Afrodita.
El trono de Ares, recio y feo, era de
bronce, tenía unas calaveras en relieve ¡y estaba tapizado con piel humana! Ares era
maleducado, inculto y tenía el peor de los gustos; pero Afrodita lo veía magnífico. Sus
símbolos eran un jabalí y una lanza manchada de sangre.
Estatua tallada en mármol, representando a Ares.
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